martes, 22 de enero de 2008

Maravillosa luna llena de invierno

Hoy he asistido al maravilloso espectáculo en uno de los pocos paisajes vírgenes que quedan en Valdemoro. Lo ofrecían una espléndida luna llena, la niebla y el amanecer, todo en uno. Eso si, desde el coche y con mucha precaución. Pero puedo afirmar que ha sido mi momento del día.


La luna ha iluminado mi trayecto hacia el oeste como un faro de guía. Por momentos era lo único que se veía. La oscuridad reinante y los bancos de niebla hacían que fuese mucho más brillante de lo que en realidad debía ser (quien sabe). Y aun cuando comenzó a amanecer el contraste era espectacular.

Un momento de tranquilidad en que se puede sentir la belleza y felicidad en un anodino martes de enero no tiene precio. Pero de eso, hablaremos otro día.

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