jueves, 27 de marzo de 2008

Marzo ventoso...


Marzo ventoso y abril lluvioso hacen a mayo florido, alérgico y hermoso. Este sabio refrán, un poco modificado por mi persona (seguro que habéis notado en qué), se está cumpliendo a raja tabla en lo que a este marzo se refiere. Los vientos del norte que estamos sufriendo en la mayor parte de la Comunidad los ha notado hasta el más empanao. Se filtra por las rendijas de nuestras casas provocando ruidos inquietantes, dobla nuestros mini paraguas, nos lleva como a María Sarmiento y hace más difícil la conducción. Pero ¿qué hay de nuestro ánimo? ¿es cierto que nos afecta?

Dicen que nuestro ánimo se ve influenciado por los fenómenos meteorológicos y las fases lunares. Entre estos fenómenos está el viento. ¿Creencia popular, impresión o realidad? Y como la cosa va de refranes, yo diría que cuando el río suena agua lleva. Como muestra un botón de los estudios sobre el tema. El caso es que cuando sopla el viento la gente está más irritable, es más frecuente el insomnio, el dolor de cabeza, aumentan el número de peleas, suicidios, homicidios y accidentes de trafico.

Y no solo el ruido y el contacto del viento nos alteran. Alguien me contó una vez que en una ciudad oriental en la que las aves habían desaparecido por razones de contaminación el número de suicidios de ciudadanos había aumentado notablemente. Las autoridades lo solucionaron colocando unos altavoces en las calles simulando el ruido o murmullo de las aves, pues el extraño silencio estaba alterando a su población. No se si se solucionó el problema, pero lo que sí se es que el tema de la influencia del fuerte viento sobre los pobres mortales tiene difícil solución. En realidad si quiera la pido o la espero, porque el viento, como todo, es un “mal” necesario y desde luego, no es ni de lejos el peor de nuestros males.

Feliz y ventoso día de marzo.

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