lunes, 10 de marzo de 2008

Las valdemoreñas ya podemos dormir tranquilas...

Hoy, día de resaca electoral no nos vamos a meter en ningún berenjenal comentando los resultados, para eso ya están miles de millones de espacios en la web. Nos vamos a lo nuestro, a lo local, a lo cercano. Y es que como viene siendo habitual y manque nos pese, otro año más asistiremos al patético, deleznable y tontaina espectáculo de la elección de la reina y damas de las fiestas patronales valdemoreñas. Magnífico concurso en el que se elige a la más... guapa, elegante, fashion o vaya usted a saber qué, de Valdemoro (de entre las que se presentan, que ya es una criba más que importante).

A la dama infantil quizá le atraiga ser considerada la nenita más salá del pueblo, vestirse de princesita por un día, o quizá el hecho de poder lanzar caramelos al respetable desde lo alto de una carroza como si de cantos rodados se tratara en venganza por no se qué agravio sufrido (como el de ser presentada a semejante evento). Pero a la dama adulta, hombre por favor! Con hasta 20 añazos cumplidos, ya le vale. Además, me va el jurado a comparar desde una niña de 13 años hasta una moza recia de 20 (menos mal que se han ceñido al género humano en las bases del concurso) imagínense con qué criterio! En cualquier caso, no aceptemos la mayor de las premisas (es decir, la de la posibilidad del concurso en sí mismo) ya que todo el evento denota una falta de madurez de padres, hijas y representantes políticos, bastante grande.

Estaría bueno que no se presentara ni el tato (en este caso ni la tata), pero siempre hay un roto pa un descosío. Aun así, por si alguien con criterio me lee, propondría que se lanzara la elección de una mascota festivalera, de entre los diseños más originales de los valdemoreños, ya fuera un pollo, una oveja o un cactus (algo así como el tema del cartel de las fiestas, pero para llevar cetro y corona). Todo menos una risión de la elección de una dama!

Pero aquí seguimos, sin avanzar ni un centímetro en nuestra calidad moral, pero eso sí, gastando la tela en actos en pro de la igualdad de la mujer... Si alguien entiende la contradicción que venga y me la explique.

Ah! por cierto, permítanme que no incluya ni plazos ni requisitos. Va en contra de mis principios.

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