jueves, 14 de febrero de 2008

El cilindro, el diábolo y ¿el botijo?.

No podía dejar escapar tanta fuente de mamarracheces sin dedicarle unas letras, ¿o qué pensábais? Es solo que me estaba recuperando de la impresión que me dio el temita.

El cilindro, el diábolo y la campana.... Primero fue que nos desayunamos con que el Ministerio de Sanidad lanza un proyecto para definir las formas de la mujer de verdad, unificar tallas, acercar la moda a la realidad y reducir los problemas que nos encontramos para encontrar tallas (eso como si los fabricantes de ropa no fabricaran para vender, pero bueno de eso podemos hablar otro día). La iniciativa en sí no parecía muy mala idea, vamos que podía perseguir un buen fin: De esta manera, el tamaño de la ropa quedaría ahora definido por códigos con tres dígitos que contemplarían los parámetros citados (pecho, cintura, cadera) para cada altura. Quizá teníamos que hacer un master para re-aprender a comprar pero a la larga nos beneficiaría.

Pero después de meses midiendo y desmidiendo y, por qué no decirlo, gastando pasta, nos salen con los siguientes resultados. A saber:

1. Que las mujeres somos cilidros, diábolos y campanas. Aquí se me abren las carnes (nunca mejor dicho) y los ojos se me ponen como platos. Toma del frasco carrasco! Ya puestos nos podrían haber ofendido sin eufemismos llamándonos la nichichanilimoná, la gordadeldemonio y la botijodeloscojones. Así a bote pronto a mi se me ocurren algunos morfotipos masculinos, el anchodespaldasyestrechodeculo, el miramibarrigacervecera, el palodeescoba y el calvo. (este último en realidad podría ser cualquiera de los otros adicionalmente, pobrecico). pero a nadie se le ha ocurrido documentarlo así, ¿verdad? En mi humilde opinión se han cubierto de gloria, de verdad.



2. Que los morfotipos cambian con la edad. En este punto cerré los ojos (y las carnes) y que quedé más bien boquiabierta. Han descubierto la pólvora, vamos. Salvo contadas excepciones podridas de dinero, con entrenador personal y estilista a sueldo, el resto de las mortales parimos y/o cambiamos. Menuda cosa!

3. Que las mujeres más jóvenes están más satisfechas con su cuerpo. Bueno, ya he conseguido cerrar la boca, pero pienso que para hablar de obviedades no hacia falta gastarse nada. Eso se lo hacía yo por un módico precio, incluso más respetuosamente, lo aseguro.

Pero lo que es de juzgado de guardia es que he llegado a leer que entre tanto no se convierta en norma esto del tallaje de tres parámetros, los comercios tendrían que ilustrar sus estantes con las imágenes de los morfotipos...Vamos a ver, que por lo general a nadie le suele gustar que le insulten, por favor. Es ir una a la zona del botijo a buscar el jersey y venírsele el alma a los pies a una, notar las miradas y risas de las malvadas y ¿perfectas? diábolas. Que os den concurso anda! Que una sabe que no es una top model pero de ahí a que te lo estén recordando con tan mala leche va un paso...

Nada tengo en contra de europeizar las tallas. Primero, por comodidad, así nos será más fácil comprar ropa independientemente de la tienda o fabricante (salvado el proceso inicial) y segundo por economía, ya que el patronaje y el etiquetado será menos costoso para los fabricantes y por extensión para los consumidores. De lo que estoy en contra es que traten de insultar nuestra inteligencia con unas conclusiones didáctico-absurdas, que las botijo, superando tópicos, podemos llegar a ser muy inteligentes. Dediquen los fondos a cosas verdaderamente útiles o aprendan a vendérnoslas mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amen!

Ociosa dijo...

:-)